Enfado
Durante unos años estuve muy enfadado con mi madre y con mi padre. Durante parte de esos años, llegué incluso a sentir odio por ella y menosprecio por él. Odio por ella cuando empecé a decirme que esos recuerdos desagradables que yo tenía eran, en realidad, escenas de abuso sexual. Desprecio por él cuando empecé a preguntarme dónde estaba su atención cuando ella abusaba de mí y él no abría la puerta para averiguar qué estaba pasando. Ese odio y ese desprecio venían de mi yo víctima, de esa parte de mí, o si se prefiere, de esa fase de mi proceso de toma de consciencia y sanación, en la que me veía a mí mismo como una víctima de las atrocidades cometidas por otras personas. Y más víctima aún, porque esas personas eran, precisamente, las que tenían que protegerme de, al menos, lo peor que pudiera pasarme. Estuve un tiempo metido en el personaje de la víctima que había vivido en el horror durante toda su infancia. El tiempo necesario para re-encontrarme con el dolor del niño herido, con l