Una visión muy restringida del abuso sexual

Está muy extendida una concepción del abuso sexual hecha a medida de una energía masculina desconectada de la energía femenina, distorsionada, descorazonada, y encarnada, principalmente, por los hombres y las mujeres que se identifican con el perfil del hombre o la mujer que desprecia a las mujeres y a los hombres con una energía femenina muy despierta y activa.

Originariamente, este tema es una cuestión de energía que se manifiesta de una forma muy dura y cruel a través de ese aspecto de la personalidad al que llamamos género, y del sexo.

Esa visión bien extendida del abuso sexual está hecha a medida de ese tipo de personas porque son las que están en los puestos clave de las organizaciones e instituciones que administran el conglomerado de eso que llamamos el sistema.

Según esta concepción, solo se puede hablar de violación de forma indiscutible cuando se dan estos supuestos:

• Un hombre es el perpetrador y una mujer, u otro hombre, o una persona menor de edad, es la víctima.
• Hay penetración y se considera que en eso consiste la violación, el abuso sexual.
• La víctima fuy muy clara, inequívoca e inmediata al oponer resistencia.

Este es el marco mental, el marco de creencias dentro del cual se dan sucesos como, por ejemplo, sentencias judiciales que rechazan como abuso situaciones que no encajan perfectamente en estos tres puntos.

Esta es la visión más restringida del abuso sexual, pero también es la predominante, la más extendida.

Sobre esto, se puden decir varias cosas:

• En la mayoría de los casos conocidos, denunciados, un hombre es el perpetrador. En el resto de los casos, la perpetradora es una mujer, lo cual es, en buena medida todavía, un tema tabú. En algunos casos, el perpetrador es un menor.
• La penetración no es ni mucho menos la única forma de abusar sexualmente de una persona.
• El abuso genera un indescriptible torbellino de sufrimiento y rotura psíquica y cognitiva en el interior de la persona que lo sufre y, en semejante estado, su reacción es impredecible, puesto que es resultado de ese estado interior suyo generado como consecuencia del abuso.

En otras entradas de este blog iré desarrollando algunos de estos puntos.